Por Paramahansa Yogananda

He venido a deciros todo acerca de Él,

Y de cómo aprisionarlo en vuestro corazón,

Y de las disciplinas que propicia Su gracia.

A aquellos de vosotros que me habéis pedido

Que os conduzca a la presencia de mi Bienamado,

Os apercibo con la muda palabra de mi mente,

O bien os hablo con una leve mirada sugerente,

O también con un dulce murmullo de amor,

O en voz alta os disuado cuando os apartáis de Él,

Pero cuando yo ya no sea sino sólo un recuerdo

O una imagen mental, o una voz que se escucha en el silencio;

Cuando ningún llamado de esta tierra pueda ya revelar

Mi sitio en el espacio insondable;

Cuando ni la súplica débil ni el mandato estentóreo

Puedan ya obtener de mí una respuesta,

Entonces sonreiré en vuestra mente cuando estéis en lo justo,

Y cuando no lo estéis lloraré con mis ojos

Y os estaré observando desde la oscuridad,

O quizá también llore con vuestro propio llanto.

Os hablaré en murmullo desde vuestra conciencia;

Con vuestra propia razón razonaré en vosotros,

Y a todos amaré con vuestro propio amor.

Cuando ya no podáis venir a hablar conmigo,

Leed Susurros de la Madre Eterna;

eternamente os hablaré a través de ellos.

Caminaré a vuestro lado sin vosotros saberlo,

Y os protegerán siempre mis brazos invisibles.

Y cuando por fin conozcáis a mi Divino Amado,

Y podáis escuchar Su voz en silencio,

Me conoceréis de nuevo en forma más tangible

De cómo lo habéis hecho en el plano terreno

Y no obstante que ya para vosotros yo no sea sino un sueño,

Os vendré a recordar que vosotros también

Sois solamente un sueño de mi Bienamado.

Y cuando sepáis que sólo sois un sueño, como ahora lo sé yo,

Estaremos por siempre despiertos en Él.

 

                                          Susurros de la Madre Eterna.