« No son tus ideas brillantes ni los pensamientos pasajeros los que ejercen control sobre tu vida, sino los simples hábitos cotidianos. Vive en forma sencilla y no te dejes atrapar por las complejidades del mundo, pues es demasiado exigente. Cuando finalmente logras obtener lo que anhelabas, los nervios están agotados, el corazón maltrecho y hasta los huesos te duelen. Adopta la determinación de desarrollar tus facultades espirituales desde ahora en adelante.
Aprende el arte de vivir con rectitud. Si tienes gozo lo posees todo; aprende, pues, a permanecer alegre y satisfecho… Sé feliz ¡ahora! »