« Una vez que hayas obtenido todas las cosas materiales, te hartarás pronto de ellas. […] Mas existe algo que jamás te hastiará, ni en esta vida ni por la eternidad: el gozo siempre nuevo que se experimenta
en la comunión con Dios. El gozo que permanece siempre igual puede causar tedio, mas cuando constantemente se renueva y es continuo, te deleitará por siempre. Semejante gozo puede experimentarse en los estados de meditación profunda. »